sábado, 11 de octubre de 2008

Lado B del cassette: Otra puerta abierta en las percepciones de William Blake.

Te idealicé. Creía que pensabas diferente. Yo te veía súper chiflado y vos sacabas a la luz hasta el ultimo de tus muertos del placard mientas yo te escuchaba con devoción desde la oscuridad que ofrecen los dos metros bajo tierra que te da la mirada de un sereno ansioso que te miraba indiferente desde la lapida de al lado, la de los ambiciosos. ¿Pero sabes que? Trasgresión: eso es lo que las personas deberían buscar como objetivo en todas las acciones recurrentes que hagan en su vida. Sin embargo, la cultura occidental que tiene sus bajadas de líneas históricas implementaron la noción cosmopolita que vincula al progreso como el modo de hacer algo lo mejor que se pueda y al éxito como la meta a cumplir como recompensa de desempeñarse superiormente al resto en cualquier actividad de la vida en que te desempeñes: ya sea el amor, un trabajo, una carrera, un deporte, tu hobbie o la puta que los re mil pario. Sin embargo, desde mi humilde razonar creo que hay otra manera, un lado B en el cassette, otras puertas abiertas en las percepciones de las que habla William Blake, la de no buscar ser los mejores, sino la de buscar ser diferente, dejar otra huella, transgredir lo dado.

Y así, las prioridades se enredaron, mi tacto se insensibilizo y ambos renunciamos a la falsa utopía de desnudar las pieles del otro con los bajos de Sting retumbándonos en el pecho. Y así vos comenzaste a actuar el papel de una actriz secundaria que se comía el papel en la novela de mi vida, todo esto contextualizado por una nueva promesa difícil de cumplir porque suena todo el tiempo: “Tengo el teléfono del freak, que esta deseoso de volarte la cabeza”.

Y así las sonrisas del otro que se nos hicieron dependientes comenzaron a tomarse aires esporádicos, el pecho se empezó a endurecer y a enfriar, y los roces comenzaron a volarse con los vientos huracanados de las “demás noches” (porqué sos vos, pero no me voy a quedar llorando la iglesia de mi almohada hasta que tus delirios se desacomplejen). Pero este amor tiene mambo y es eso lo que le valoro, la ausencia de la película de terror común en todas las parejas de que todo se termine, y su efecto claro es que esta historia tenga mas finales que los libros de “elige tu propia aventura”, pero buén, ya están las cartas de pocker en la mesa, y estoy apostando “All In” al par de ases de tus ojos.