lunes, 6 de julio de 2009

El ultimo Tabú .

Enaltecida sean las personas que critican todo lo ya establecido como verdad.
Enaltecido sea el aire contaminado que se respira en los antros con los amigos.
Glorificada sea la mueca de sonrisa que se dibuja en las comisuras de tu boca cuando te
hago sonreír.
Honradas sean cada nota y sus silencios acariciados en algunas de las seis cuerdas de la guitarra de Luis Alberto Spinetta durante la grabación de Artaud.
Elevados sea quien manifiesta su arte en momentos de nula cordura.

Enaltecidas sean las horas de humillación que soportó el padre empleado para que su hijo se forme.
Bendita sean las voces que disparan contra los fascistas (como la de Dylan gritando: “Cuantas orejas debe tener un hombre antes de oír llorar a los demás”?)
Exaltadas sean quienes conocen con determinación su canción antes de cantarla.
Alabado sean los versos de Kerouac.

Bendito sea quien no vive azorado por el miedo a la muerte.
Elevados sean los exploradores musicales y literales.

Ennoblecidas sean las alucinaciones múltiples y sus posteriores correspondientes
retorcijones en la cama.

domingo, 5 de julio de 2009

La manzana más perfecta del Prefijo 0220 .

El baño del antro del bar que vá está peor que el de trainspotting
Pero su pelo siempre esta prolijo.
Vá con un riff de Skay quemándole la cien
Y su moral de pera levantada.

La cordura en el bolsillo chico del pantalón
y no le incomodan los silencios.
Sostiene mi estuche mientras me guardo
sín que los testigos se den cuenta de nada.

La paranoia de los medios no la abarrota
al crear enfermedades, héroes y putas
Que no le sirven para calmar la sed de actriz
que no quiere la deshidratada novela de Pol-Ka.

Se mueve retumbando entre quienes tiran las migas
en la cara de los desnutridos,
Poseedora del balcón de la tentación
que le muestra la cola a mi salto mortal.
A veces, canta el rock de la adorada lámpara
Que le vislumbra un foco de luz entre los sermones cotidianos.

La meretriz que me invita a la relajación
Y la compañera que me desvirga en la orgía multisectorial de la cotidianeidad.
El cuchillo, la mampara del baño y la superstición
Es para el violador, lo que hoy ella para mí.
Del ritual tortolito del nanana en el teléfono,
De la diferencia que nos acompaña en los tiempos
del plato y la tarjeta de crédito desbordando, sin límites.

De la manzana más perfecta que me carcome la cabeza,
Del sonido que empalaga con el arpa de su lengua punzante
cuando se cansa de quererme.
Y del pulso intermitente que averigua por enderezarse
Con el temblor que dan las carcajadas de la pepa
y el xilofón de No surprises.

El equilibrio en el desborde.
El huracán que trajo vientos de estabilización.